El nacimiento de la imprenta (1443), el fin del imperio bizantino (1453), el descubrimiento de América (1492), la rebelión de Lutero (1517), el concilio de Trento (1545) son algunos de los acontecimientos históricos que han servido para designar el fin de la Edad Media y el inicio de la Edad Moderna. Desde el siglo XIII vienen ocurriendo cambios en Europa que van a hacer imposible la continuación del mundo medieval: la artillería pone fin al mundo de los castillos, aparece la burguesía que se emancipa del dominio de los antiguos señores, aparece de algún modo el capitalismo revolucionando las antiguas estructuras económicas, los Papas pierden su poder sobre los Estados... y cuando aparece la imprenta se abre la posibilidad de extender el "saber" y de hacer "propaganda", de modo que la figura de autoridad es reemplazada por la figura que controla los medios de difusión de la información, apareciendo con fuerza una idea de racionalidad basada en la capacidad crítica y de pensar por sí mismo. Renace el antiguo logos clásico, pero transformado en ratio, que hará posible las revoluciones humanísticas y científicas de una edad que en filosofía bien podríamos denominar la Edad de la razón crítica, cuyo momento central será la filosofía crítica de Kant, donde se fusionan racionalismo y empirismo, y su continuación en el denominado idealismo alemán, donde el sujeto de la proposición "Edad de la razón crítica" pasa a ser esa misma razón crítica, consagrándose una idea de progreso y humanidad que sirven de marca de identidad de esta época. La consolidación del capitalismo durante la revolución industrial sacará a la luz los límites y olvidos de esta idea de razón (sobre la que se había construido una moderna idea de voluntad) que entrará irremediablemente en crisis con Feuerbach, Nietzsche y Marx, en quienes la edad moderna de la filosofía da sus últimos latidos antes de que filósofos como Bergson, Simmel o Dilthey tomen el testigo poniendo rumbo a la filosofía contemporánea del siglo XX.
- Profesor: Rojas Jiménez Alejandro