Salvete omnes discepoli discipulaeque,

En este segundo cuatrimestre nos toca traducir a tres autores muy dispares entre sí. Por un lado, tenemos a un Plauto del siglo III a.C. que cultivó el género cómico; por otro lado, no encontramos con Tito Livio del siglo I a.C. y a Tácito entre el siglo I y II d.C. Incluso entre TitoLivio y Tácito hay gran abismo que los separa entre sí: si el primero es ciceroniano en su lenguaje y rechazará el modo de escribir historia de Salustio, el segundo procura seguir los pasos de Salustio y olvidar la senda muy trillada de Cicerón. No es necesario que exponga a quienes las virtudes y los méritos de estos tres autores romanos; diré, sin embargo, que son fundamentales para entender el latín que ahora leemos. Es, portante, un reto la tarea que se nos presenta. Pero estoy seguro que al final disfrutaremos de los tres y podremos saborear el latín desenfadado de Plauto, el florido de Tito Livio y el austero y analítico de Tácito.

Antonio Rojas
  • Profesor: Rojas Rodríguez Antonio